Declarado también como Patrimonio de la Humanidad, se levanta majestuoso en Trinidad de Cuba el Valle de los Ingenios. El sitio aún conserva las casas haciendas que en el siglo XVIII convirtieron a la villa en uno de los lugares que más producía caña de azúcar, gracias al trabajo esclavo. Existían 56 ingenios, los cuales utilizaban en calidad de mano de obra a poco mas de 11 mil esclavos. Lo histórico se conjuga con las bellezas naturales del lugar que posee altos valores paisajísticos y con una tradición oral llena de leyendas donde guijes, hacendados, y tesoros escondidos forman parte de lo real maravilloso. Casa Colonial Invita a sus clientes a recorrer el valle en Tren por el antiguo ferrocarril o en automóvil clásico.

Dentro del Valle de los Ingenios, Casa Colonial le propone visitar:


Mirador del Valle

Ubicado en una elevación llamada Loma del Puerto, a las afueras de la ciudad de Trinidad, desde donde se tiene una inigualable vista del Valle de los Ingenios y sus predios naturales. Allí también se pueden degustar sabrosos platillos y bebidas refrescantes.


Torre de Manaca Iznaga

Cuenta la leyenda que los dos hermanos Iznaga se disputaron el amor de una mujer, el primero construyó un pozo, y el segundo una torre. Este último fue el vencedor pues su construcción superó los 44 metros de altura. Hoy por hoy constituye Monumento Nacional, y situada a 16 Km de la ciudad, constituye un ejemplo de Arquitectura vernácula e industrial y el mejor exponente de las torres vigías construidas en Cuba, que continúan desafiando el tiempo. En el lugar también se encuentra la Casa hacienda, del antiguo Ingenio, convertida en restaurante de comida típica cubana.


Hacienda San Isidro de los Destiladeros

Descubierta y protegida desde finales de los años ochenta, hoy las ruinas de San Isidro, situadas a unos 10 km de Trinidad, constituyen un valioso laboratorio donde arqueológos cubanos años tras años descubren hallazgos importantes para la historia. Posee una casa hacienda que, aunque muy destruida, aún revela la prosperidad y la elegancia de sus propietarios, una impresionante torre de tres niveles, y todo el el sistema de procesamiento del azúcar en aquella época.


Hacienda Guäimaro

Constituye uno de los colosos que ayudaron a forjar la leyenda de fortunas trinitarias y colocar a Trinidad en la primera mitad del S.XIX entre las tres primeras ciudades de Cuba por importancia. Hoy la Casa hacienda se encuentra Totalmente reparada y constituye un museo de esta etapa azucarera en Trinidad de Cuba. Alrededor de esta casona existen varias leyendas, una de ellas la de la figura del diablo que siempre reaparece en la pared, amén de pinturas y reparaciones.